miércoles, 2 de noviembre de 2011

dia de muertos en Michoacän

El Día de Muertos es una celebración mexicana de origen prehispánico que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.
Es una festividad mexicana, que se celebra también en algunos países de América Central, así como en muchas comunidades de los Estados Unidos, donde existe una gran población mexicana y centroamericana. La Unesco ha declarado la festividad mexicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.[1] El Día de Muertos es un día festejado también en Brasil, como Dia dos Finados, aunque esta festividad no tiene las mismas raíces prehispánicas que la festividad mexicana.
Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
El festival que se convirtió en el Día de Muertos se conmemoraba el noveno mes del calendario solar mexica, cerca del inicio de agosto, y se celebraba durante un mes completo. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, conocida como la "Dama de la Muerte" (actualmente relacionada con "la Catrina", personaje de José Guadalupe Posada) y esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la tierra de los muertos. Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y las vidas de parientes fallecidos.
La muerte es un símbolo emblemático que ha causado admiración, temor e incertidumbre al ser humano a través de la historia. Por muchos años, en diversas culturas se han generado creencias en torno a la muerte que han logrado desarrollar toda una serie de ritos y tradiciones ya sea para venerarla, honrarla, espantarla e incluso para burlarse de ella. México es un país rico en cultura y tradiciones; uno de los principales aspectos que conforman su identidad como nación es la concepción que se tiene sobre la muerte y todas las tradiciones y creencias que giran en torno a ella.
De cualquier modo, hay que destacar que esta celebración no es propia de todos los mexicanos puesto que, pese a ser una fiesta que se ha convertido en un símbolo nacional y que como tal es enseñada (con fines educativos) en las escuelas del país, existen muchas familias que son más apegadas a celebrar el “Día de todos los Santos” como lo hacen en otros países católicos. Además, cabe mencionar la fuerte influencia de los Estados Unidos que, al menos en zonas fronterizas, se evidencia con la presencia de la fiesta conocida como Halloween, la cual se celebra cada año con más frecuencia y en un mayor número de hogares. De ahí también que exista una inquietud entre los propios mexicanos de querer preservar el Día de Muertos como parte de la cultura mexicana sobre otras celebraciones
Catrinas 2.jpg
noche de muertos en janitzio Michoacá
El ritual de velación el día de muertos, constituye una de las manifestaciones religiosas por excelencia. Durante la noche del 1 de noviembre, llevan hasta el lugar donde yace la tumba de sus antepasados, la ofrenda símbolo de recuerdo y presencia a la memoria de sus seres fallecidos; así que, quienes conforman el evento y la representación, lo hacen con profundo respeto, de veneración a los seres que materialmente ya no existen, y al recuerdo de lo que fueron. La velación ha tenido un profundo arraigo en varios pueblos de Janitzio, Jarácuaro, Tzintzuntzan, Ihuatzio y Tzurumútaro localizadas dentro de la región del Lago de Pátzcuaro.

El ambiente de Janitzio y de los demás poblados en la víspera del día de muertos es de gran fiesta, hasta que empieza el conjuro mágico de los sonoros bronces de las campanas, las almas de ultratumba se presentan y los vivos se congregan ante los despojos mortales de los desaparecidos. Negras siluetas van apareciendo por doquier. Llenas de amor van llegando almas piadosas con las ofrendas, cortan flores, llevan dulces, consagran alimentos como: panes y frutos, etc. Con ellas erigen un altar sobre la tumba y se sientan resignadas a contemplar las llamas de los cirios y murmuran oraciones por sus muertos. A intervalos se arrodillan ante la cruz que preside el rito, y quedan pensativos como evocando a los difuntos añorando su presencia.

Admira las coloridas ofrendas, respira un toque de misticismo del peculiar incienso y deambula por los pasillos y calles de estos pueblos para recordar una de las tradiciones más respetadas y celebradas en nuestro país.



fotos de ofrendas de día de muertos

Las ofrendas de día de muertos son parte de una hermosa tradición mexicana en donde el 1 y 2 de noviembre se rinde culto a todos nuestros seres queridos fallecidos.
Aunque en México otro tipo de costumbres se han hecho populares debido a las cercanía que tenemos con Estados Unidos, hay poblados donde aún se lleva a cabo una celebración de día de muertos “tradicional”.
Lugares como Tláhuac, Xochimilco y Mixquic, cerca de la ciudad de México y en Michoacán en la isla de Janitzio (en Pátzcuaro) son famosos por sus celebraciones tradicionales. De igual forma las ceremonias en poblados del Istmo de Tehuantepec, de Oaxaca y de Cuetzalán (Puebla) son muy populares.
Esta ocasión decidí que Janitzio sería el lugar indicado a visitar y es por ello que dando clic en Ver más podrás ver algunas fotos de las ofrendas que estuvieron en el panteón de esa pequeña isla.
fotos de ofrendas de día de muertos
El Día de Muertos en México tiene sus orígenes en la época prehispánica, etnias como los Mexicas, Mayas, Purépechas, Nahuas y Totonacas lo celebraban en el noveno mes del Calendario Solar Mexica y era presidido por la Diosa Mictecacíhuatl (Dama de la Muerte).

La conquista espiritual impuesta por los españoles produjo un interesante sincretismo religioso. Una de las demostraciones más ricas de esta mezcla es la Noche de Muertos, donde el concepto indígena de la muerte juega con las ideas cristianas del “más allá”.

Se creía que los muertos necesitaban comida para llegar a su destino final, por lo que al morir se dejaba junto a ellos comida, agua, ofrendas y diversos objetos. Esta tradición se mezcló y adaptó al calendario cristiano en los días 1 y 2 de noviembre. El 1 de noviembre es Todos los Santos dedicado a los niños difuntos y el día 2 a los difuntos mayores. Se cree que en estos días los difuntos regresan a visitar a sus seres queridos.


El lago de Pátzcuaro y su isla Janitzio se ubican a 60 kilómetros de Morelia, capital de estado de Michoacán. Esta isla impresiona por la belleza de sus construcciones blancas con techos de teja roja.

El Día de Muertos es una alegre celebración, pero la Noche de Muertos se torna lúgubre al sonar de las campanas. Todos empiezan a aparecer, vestidos de negro, con ofrendas, dulces y panes que dejan sobre las tumbas, donde se sientan a llorar y rezar por sus muertos.

Según la leyenda, Mintzita era hija del Rey Tzintzicha e Itzihuapa era hijo de Taré y príncipe heredero de Janitzio. Su gran amor se vio frustrado por la llegada de los españoles conquistadores, quienes tomaron prisionero al padre de Mintzita. Itzihuapa intentó extraer el tesoro que se encuentra en el fondo del lago para intercambiarlo por la libertad del Rey Tzintzicha, pero fue sumergido y atrapado por las almas de los veinte remeros que resguardan el tesoro en las profundidades, convirtiéndose en el vigésimo primer guardián. En la Noche de Muertos, todos los guardianes del tesoro despiertan y suben la cuesta de la isla. Los Príncipes Mintzita e Itzihuapa van al panteón para recibir las ofrendas de los vivos